En 2017 el tema ha sido recurrente ya que se han visto subidas de precios sin precedentes en la memoria RAM y la memoria flash. Pero en 2018 podría haber un cambio de tendencia.
Dicen que un economista es un experto que sabrá mañana por qué lo que dijo ayer que iba a suceder hoy no ha sucedido. Y como en esta entrada, la predicción del precio de la memoria en chip se va a basar en lo que piensan los inversores (que son todavía peores que los economistas haciendo predicciones), lo único seguro es que no se sabe qué va a pasar. Pero hay ciertos indicadores que dan a entender un cambio de tendencia.
Tradicionalmente ha habido ciclos en los precios de los componentes para PC. Cualquiera que haya estado al tanto, sabe que desde principios de los 90, el precio de todos los componentes han sufrido vaivenes periódicos. Pero aquellos que tengan memoria también se habrán dado cuenta de algo: el incremento de precios que se vive en la actualidad y su prolongación en el tiempo es algo que no se ha visto nunca antes.
Ante un panorama en el que ya quedan muy pocas compañías produciendo, podría no ser descabellado pensar en especulación, pactos de precios y en definitiva, cualquier acción que perturbe el mercado por encima de la ley de vasos comunicantes o de las propias limitaciones físicas a las que se enfrenta la tecnología.
Pero si analizamos la realidad, vemos a nuevos actores que no existían antaño que explican la situación sin necesidad de una teoría de la conspiración (aunque no por ello, estas han de despreciarse). Y es que la demanda se mantiene fuerte gracias a los teléfonos inteligentes (que suponen nada menos que un tercio del consumo) y los centros de datos/servidores (la «nube» está tirando muy fuerte). Además en 2017 se hicieron inversiones récord en nuevas plantas y las inversiones de 2018 superarán a las ya abultadas de 2017. Es decir, que existe una demanda real y los fabricantes están reaccionando aumentando la oferta.
Entonces ¿por qué cabe esperar un cambio de tendencia? Pues porque los inversores prevén una caída de beneficios tanto de Samsung como de SK Hynix (entre otros fabricantes). Y eso se materializó hace unos días con una bajada del precio de las acciones de un 7.5% y 6.2% respectivamente. Según un analista de Yuanta Securities «los chips de memoria verán reducido su precio en 2018 si la demanda se mantiene fuerte y el apetito de los servidores se mantiene».
En fin, hagamos un ejercicio de ingenuidad y supongamos que los inversiones saben realmente qué hacen, conocen la tecnología y el mercado y no han tomado una decisión cortoplacista. Sí, sé que estoy pidiendo demasiado; un pequeño esfuerzo y podremos continuar. Veamos la evolución de los últimos años y su tendencia:
El aumento del precio de la memoria comenzó a mediados de 2016 y efectivamente eso se refleja en el precio de las acciones. Desde que comenzó el boom hasta hace unas semanas, las acciones se han revalorizado hasta casi el triple. Se aprecian dos pequeños valles en 2017 pero la tendencia es clara. Sin embargo, en las últimas semanas ha pasado algo nuevo: desde que el precio alcanzara su máximo a mediados de octubre, este se ha quedado estancado durante un mes y desde finales de noviembre, ha empezado a bajar con un descenso brusco a primeros de diciembre y una tendencia que se mantiene todavía hoy con la bajada pronunciada de hace unos días. En otros fabricantes como Micron, se aprecia un comportamiento similar.
Lo que suceda con el valor de las acciones de los fabricantes de memoria en las próximas semanas no se sabe y por supuesto, esto no dice nada sobre el futuro más inmediato. Pero deja claro que la fiesta podría estar llegando a su fin. Si se materializa una bajada de la memoria y la fiebre del criptominado se dirige a niveles sanos, esto junto a la aparición de Zen+ podría hacer que este año sea el primer año en mucho tiempo para pensar en montarse un PC.