10 años es una cantidad de tiempo importante cuando se aplica a cualquier electrodoméstico. Una lavadora o un frigorífico con 10 años de antigüedad, empiezan a mostrar signos de envejecimiento. Aún así, siguen siendo útiles y las diferencias entre lo que se podía comprar entonces y ahora no han variado demasiado (excepto quizás, en eficiencia).
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