FreeSync va ganando a G-sync

Una vez más, nos encontramos ante una batalla entre AMD y Nvidia, ahora relacionada con su tecnología para adaptar la frecuencia de refresco de la pantalla a la tasa de fotogramas generados por la tarjeta gráfica.

Aunque la solución de Nvidia (G-Sync) fue la primera de su especie, esta vez va ganando AMD. Dejando las cuestiones técnicas a un lado, hay una gran diferencia entre ambas: la política de royalties. En el caso de G-Sync, se trata de una tecnología propietaria de la que apenas hay documentación. Consiste en un módulo fabricado por Nvidia que debe incorporar cada pantalla. Pero FreeSync es libre y la industria ha decidido adoptarlo con el nombre de DisplayPort Adaptive-Sync.

Técnicamente, la opción de Nvidia es superior ya que no solo se encarga de ajustar la frecuencia de refresco sino que también se encarga de tareas como el ajuste del color, la saturación y demás. Eso está bien si se quiere dejar el control total a G-Sync, pero hay marcas que incluyen sus propias tecnologías que ajustan estos parámetros en tiempo real en función de la imagen representada, algo incompatible con el módulo de Nvidia.

FreeSync vs G-sync
Módulo G-Sync de Nvidia. Fuente: nvidia.com

FreeSync en cambio se encarga exclusivamente de ajustar la frecuencia, dejando los parámetros de imagen al controlador de la tarjeta gráfica. Esto lo hace más simple (y económico) y además permite a los fabricantes incluir sus propias tecnologías. Por contra, la regulación de los parámetros de la imagen se hace de forma genérica, es decir, que es la misma para todos los monitores. En cambio G-Sync tiene ajustes propios para cada modelo.

Según la web 144HzMonitors, hay 20 modelos disponibles con G-Sync frente a los 85 con FreeSync. Y según los fabricantes, las razones se centran en el coste de diseño. G-Sync es un módulo de un tamaño considerable que se debe tener en cuenta a la hora de diseñar el monitor. Tal y como dice Minhee Kim, jefa de la división de pantallas para PC de LG en una entrevista a PCWorld:
Los fabricantes podrían adoptar su tecnología (FreeSync) a un coste mucho menor sin necesidad de cambiar el diseño. Podrías pensar que unas ventas de 10000 monitores está bien. Pero quizás, como fabricante, necesites vender 100000 unidades para pagar los costes de desarrollo.

Nvidia por su parte, pone en valor su producto diciendo que los altos precios de las pantallas se deben al valor añadido que supone incluir su módulo, no a un sobrecoste por las complicaciones técnicas de incorporarlo ni al coste del módulo en sí. Tom Petersen, director de marketing de Nvidia dice que para mi cuando miro y veo que los monitores con G-Sync tienen un precio más elevado, es más un indicador de valor que de coste. Porque al final, especialmente en esos monitores de gamas más altas, el coste de los componentes no condicionan directamente el precio.

Sea como fuere, parece ser que G-Sync se está incorporando principalmente en pantallas de gama alta y FreeSync se está adoptando en todo el rango de gamas, de ahí la gran diferencia de modelos disponibles para una u otra tecnología.

Vía PCWorld.

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