A pesar de que normalmente tratamos temas relacionados con Linux, su software y el hardware que le rodea, TempleOS se merece una mención a parte.
TempleOS no está basado en nada ni es un Unix-like. Se trata de un sistema operativo programado desde cero por una sola persona: Terry A. Davis.
Ayer se publicó un interesante artículo en Codersnotes donde hablan del sistema y su creador.
TempleOS es un sistema operativo de 64 bits, multitarea, preparado para manejar varios procesadores, de dominio público y de código abierto. No está pensado para realizar operaciones a través de una red y tampoco tiene soporte para archivo de intercambio (SWAP).
Tal y como comentan en Codersnotes, Terry A. David ha pasado los últimos 12 años desarrollando TempleOS. Cabe destacar que este programador padece esquizofrenia, lo que ha provocado diversos incidentes en distintos foros. Por otra parte, le ha dado a su creación una visión un tanto mística y religiosa.
En una descripción de su sistema, comienza citando la Biblia para luego comentar sus propios salmos:
Y Dios dijo, 640×480 a 16 colores es un convenio como la circumcisión. Cosas a 16 colores como los Simpsons. En el futuro, incluso si existiera una GPU universal, podríamos mantener los 640×480 a 16 coloes sin usar aceleración por GPU. Las operaciones gráficas serían transparentes sin estar ocultas en la GPU.
Continúa explicando qué otras peculiaridades caracterizan a TempleOS:
Y Dios dijo, usad una sola voz de audio con una sola frecuencia. No nos lo pensamos dos veces sobre romper la compatibilidad. Dios dijo, tendremos un ciclo entre versiones de siete años…
El extraño misticismo se mezcla con la realidad ya que el hecho de basar todo su sistema en una resolución de 640×480 pixels con una profundidad de color de tan solo 4 bits hace que TempleOS no solo sea compatible en todos los PCs actuales y todos los pasados (de 64 bits), sino que de esta forma se garantiza su compatibilidad en hardware futuro sin necesidad de controladores específicos.
TempleOS es un sistema «ring-0-only» lo que significa que todo se maneja desde el propio núcleo del sistema sin ningún tipo de medidas de seguridad.
Tal y como describe David su sistema, Linux quiere ser seguro. Esa es la visión de Linux. Por eso tiene permisos en los archivos. La visión de TempleOS es la de un Commodore64 de 64 bits moderno. El C64 fue un ordenador personal que se usaba principalmente para jugar. Era simple, abierto y se podía trastear. No se podía conectar en red. Los juegos no eran obras de arte multimedia […]. Era simple e inseguro. Si no tienes malware ni fallos, la protección es solo algo que ralentiza las cosas y hace el código complicado.
Sin duda alguna, el enfoque resulta muy interesante aunque desde el punto de vista práctico no tenga demasiado sentido. Al menos no para el uso que normalmente se le da a un sistema operativo.
Al arrancar la imagen lo primero que nos pregunta es si queremos instalar el sistema en el disco duro. El proceso de instalación es tan sencillo como pulsar tres teclas y esperar. En este caso se ha ejecutado sobre una máquina virtual por lo que habrá que indicarlo cuando lo pregunte.
En el siguiente video se puede observar que la instalación de TempleOS apenas dura un minuto:
Una vez instalado, podemos arrancarlo desde el disco duro. Lo primero que nos ofrece es es realizar un tour donde se nos explicará lo básico del sistema.
Existen dos imágenes de disco: una estándar que ocupa 17Mb y una reducida de menos de 2Mb. El tiempo de arranque del sistema es prácticamente instantaneo y todas las operaciones se realizan de una forma muy rápida.
Se trata pues de un sistema operativo para trastear y experimentar, pero en ningún caso podría llegar a usarse en un entorno productivo (no es su objetivo). Los requisitos en realidad son bastante elevados: un procesador de 64 bits y 512Mb de RAM aunque a la hora de la verdad apenas se hace uso de tales recursos.
Para saber más, puedes visitar la web del proyecto donde encontrarás enlaces a la documentación y a toda la información que ha publicado Terry A. Davis con su peculiar estilo.