Linux es un sistema operativo que puede encajar en cualquier dispositivo doméstico: pequeños servidores, centros multimedia… y sí, el escritorio.
Es posible que la experiencia a veces te haya hecho preguntarte qué haces usando Linux en el escritorio porque la autentica realidad es que a veces resulta muy frustrarte por esas pequeñas cosas que, después de horas intentando resolver, casi te hacen perder la cabeza.
Para todos aquellos que uséis Linux en el escritorio, un tal levlaz ha escrito una oda que dice así:
«Para los locos, los inadaptados, los rebeldes. Los creadores de paquetes, los escritores de páginas de manual (man). Las ventanas redondeadas de Qt mezcladas con las menos redondeadas de GTK. Los que literalmente ven cosas de una forma diferente porque faltan fuentes propietarias.
A ellos no les gustan las reglas, los asistentes de instalación, el doble clic y no sienten respeto por el statu quo.
Puedes votarles negativo, puedes no estar de acuerdo con ellos, puedes glorificarlos o vilipendiarlos. Lo único que no puedes hacer es ignorarlos. Porque son ellos los que envían tus correcciones de errores.
Ellos inventan. Imaginan. Solucionan. Exploran. Crean. Inspiran. Impulsan a la raza humana adelante.
Quizás tengan que estar locos. ¿De que otra manera podrías mirar una pantalla vacía y saber que tienes que poner el controlador de tu tarjeta gráfica en la lista negra? ¿O sentarte en silencio mientras ajustas alsamixer en la consola? ¿O escribir aliases en bash para reiniciar el controlador de la tarjeta de red cada vez que tu portátil se despierta de una suspensión? Hacemos herramientas para esta clase de gente.
Mientra algunos los miran como a locos, nosotros vemos genios. Porque la gente que está lo suficientemente loca como para pensar que pueden usar Linux en el escritorio, son los que cambian el mundo.»
El texto original publicado bajo licencia Creative Commons BY-SA está disponible aquí.