No nos encontramos en el mejor momento para comprar un nuevo PC: memorias RAM a un precio disparatado, unidades SSD prohibitivas y ahora tarjetas gráficas sólo al alcance de mineros.
Los precios de la RAM y las memorias flash se pueden explicar de dos formas: teléfonos inteligentes y especulación/pacto de precios. La explicación de que las tarjetas gráficas estén subiendo de precio pasa por la teoría de los vasos comunicantes.
Normalmente, los fabricantes de hardware dan un precio de venta orientativo a los minoristas. Después estos pueden poner el precio que quieran; mayor o menor. Debido a la creciente demanda de GPUs para el criptominado, han decidido no hacer mucho caso del precio recomendado y se han visto cosas como RX 570 a $280 anunciada como gran oportunidad, cuando ese modelo costaba cerca de $100 menos hace unos meses.
La demanda ha superado a la oferta y el mercado se está equilibrando a costa de perjudicar a los consumidores originales de esas tarjetas gráficas: los jugadores. Como pasa en otros ámbitos, el paso natural para volver al precio original pasa por aumentar la oferta. El problema es que tanto AMD como Nvidia ven el minado de criptodivisas un mercado demasiado volátil como para mandar orden de aumentar la producción, principalmente en modelos más veteranos.
La tragedia para los fabricantes es que mientras los consumidores pagamos precios inflados, ellos no están viendo ni un céntimo de ese sobreprecio y eso junto al hecho de que les da miedo aumentar la tirada, ha hecho que incluso AMD critique a los minoristas que están sacando tajada.
En estos casos si lo que buscas es una tarjeta gráfica nueva, lo mejor que se puede hacer es esperar a que la gente se de cuenta de que el minado no es un negocio tan bueno como parece o a que los fabricantes decidan abrir más el grifo.
Vía Gamers Nexus.