Internet se ha convertido en un estercolero

Vengo a quejarme de Internet. Recuerdo cuando todo era campo hasta donde alcanza la vista. Las webs se hacían con el bloc de notas y los fondos eran gifs animados de 16 colores. Todo era hortera, feo y estridente a la vista. Pero el contenido era honesto.

Posiblemente el mayor exponente de aquel Internet ya desaparecido sea el también desaparecido GeoCities. Recuerdo allá por principios de los 2000s estar leyendo la PCActual y ver un reportaje sobre hostings gratuitos para webs. En aquella lista, el proveedor que ofrecía las mejores prestaciones era Galeon.com que por cierto, todavía sigue existiendo. Decidí crear mi primera página en Internet. La web era esta e iba sobre Counter Strike. Al visitarla, un escalofrío recorre mi cuerpo: aquello de elegir la resolución del monitor, ese horrible esquema de colores y todo maquetado con tablas. Ese engendro fue creado con Frontpage. En esa web se llegaron a producir todo tipo de atrocidades como que «nevara» por toda la pantalla, saliera una estela detrás del puntero del ratón o apareciera el reflejo de un lago animado bajo todas las imágenes. Hoy pienso que alguien debería haberme sacrificado. Y como yo, había miles de creadores aficionados que no se merecían ni el aire que respiraban.

En aquella época había incontables páginas sobre un mismo tema. Cada una tenía sus peculiaridades y de todas se podía coger algo útil. Otras, como la mía, eran un pastiche de muchas. No aportaban nada nuevo; tan solo era un resumen de lo que a mi me parecía más interesante. Y ese resumen era útil a un puñado de personas. No recibía muchas visitas pero tenía una pequeña clientela fija. Y la verdad es que me daba igual; hacía eso sólo porque me gustaba.

Todo aquello era horrible. Pero era sólo horrible en la forma porque el fondo se ofrecía con buena intención. De ahí pocos buscaban un beneficio económico. No había código destinado a rastrear qué veías, cuando lo veías y cuánto lo veías. Lo que veías era lo que había. Sin trucos ni malas artes.

Claro que había gente que intentaba estrujar hasta el último céntimo a sus creaciones. Había webs donde sólo aparecía publicidad. Pero esa basura inmunda estaba condenada al ostracismo. No aparecía en buscadores, nadie hablaba de ellos y con el tiempo, acababan desapareciendo. Las leyes de la jungla funcionaban bastante bien. Si ofrecías basura, ibas directo al vertedero.

Texto autogenerado

Desde hace tiempo veo que el buscador por antonomasia me ofrece resultados que cada vez me parecen menos útiles. Hoy por ejemplo, estaba buscando modelos de auriculares Bluetooth y he llegado a un sitio llamado auricularesbluetooth punto com cuyo título era algo así como «los mejores auriculares bluetooth de 2018». Al escribir la cadena «auriculares bluetooth deporte» en Google, ha sido el primer resultado de la búsqueda. Creo que es una búsqueda bastante genérica: sólo tres palabras de algo bastante convencional.

Me he encontrado con un sitio visualmente impecable, con un logotipo bastante aséptico, con el contenido ordenado y bien presentado. Un sitio que de haberse visitado en la época de GeoCities e Hispavista, sabríamos que viene de un futuro muy lejano. De ahí esperaba encontrar un artículo que me explicara qué características debo esperar de unos auriculares deportivos bluetooth junto a recomendaciones de modelos explicando por qué son los más interesantes.

Y efectivamente, en apariencia me he encontrado con eso. Pero sólo en apariencia. Lo que realmente me he encontrado es una página con una cantidad ingente de texto y explicaciones que en realidad no dice nada. Una parrafada genérica sobre auriculares. ¿Sabéis la mejor cualidad de los auriculares on-ear recomendados? Que la batería dura «un montón». Es decir, que de los cientos de modelos disponibles, ofrecen unos auriculares que cuestan 20€ y lo mejor es que la batería «dura un montón». Se ven descripciones de productos de marcas que no se corresponden con el modelo presentado. Para mi, lo mejor es cuando hablan de las características básicas a tener en cuenta en unos auriculares inalámbricos: la sensibilidad y la impedancia…  para unos auriculares inalámbricos.

En fin, se trata de una página que se dedica a mostrar productos patrocinados de Amazon. Muestra texto autogenerado con anuncios de productos aparentemente aleatorios. Es la clase de web que antaño habría ido directa al vertedero. Pero a mi me ha aparecido como primera posición de búsqueda.

Y tengo que decir algo. Yo he pecado. Soy un pecador que ha echo que en el banco de pruebas se muestre texto autogenerado. El texto da una descripción de procesadores que no ofrece nada que no aporte la tabla de especificaciones. Es tan solo un relleno. Sirve para aparentar que alguien se ha preocupado en escribir una descripción del procesador. Pero es de cartón-piedra. Es falsa. Acaba siendo un fraude para aquel que anda buscando una genuina descripción centrada en ese modelo de procesador. Por supuesto, todo esto lo escribe alguien que ha puesto a funcionar un comparador de tiendas hace poco. Pero sinceramente, en esto último no veo tanta maldad como en ofrecer texto autogenerado: eso no tiene perdón posible

Reviews de pacotilla

¿Os acordáis cuando en Hardlimit de vez en cuando aparecía la review de algún componente? Yo sí. En aquella época, alguien se compraba un cacharro y por amor al arte, decía qué le gustaba y qué no lo gustaba. El forero hablaba con libertad porque no le debía nada a nadie. Si le gustaba, lo decía. Y si lo que había comparado le parecía una porquería, también lo decía. Recuerdo buscar reviews en buscadores y acabar en las opiniones de algún foro. Muchas veces aparecía Hardlimit entre los primeros resultados. Y si no era nuestro querido foro, salía cualquier otro del gremio.

Si hoy se me ocurre buscar alguna review, ya sea en texto escrito o el análisis de algún «Youtuber», prácticamente todos los comentarios son positivos. El personaje en cuestión se centra en todo lo positivo y se empeña en no dar importancia e incluso a obviar las cosas negativas. Las páginas que muestran reviews se han convertido en un espacio publicitario de los fabricantes. «Habla bien de nuestro producto, menciona algún punto negativo sin importancia para dar el pego y te seguiremos mandando modelos». No se dice explícitamente, pero se da por sobreentendido.

Hace un año y pico, alguien me ofreció un disipador para hacer una review. Rul3s se ofreció a hacerla y lo puso a parir. Incluso el mismo Rul3s me escribió antes de publicarlo pidiendo permiso porque iba a hablar mal de él. El permiso fue dado. Y quien me ofreció el disipador para hacerle la review no me ha vuelto a llamar.

Dudo mucho que a ninguna compañía de marketing le interese ofrecer productos para su análisis a Hardlimit. Y probablemente ese haya sido un factor relevante para que desde entonces no haya recibido ningún ofrecimiento más, cuando hasta entonces, sí recibía alguna cosilla de vez en cuando. Señores, nos hemos quedado fuera del sistema por ser demasiado honestos.

Clickbaits, fakenews y redes sociales

De esto no voy a despotricar demasiado. Todos sabemos de qué va: titulares sensacionalistas que ofrecen un contenido mediocre. Noticias que ofrecen información falsa con imágenes y videos manipulados con motivos políticos. Lugares donde la gente lo único que hace es aparentar; mostrar la cara amable de sus vidas. Todo es felicidad y buen rollo, siempre, las 24h. Espacios en los que la gente deja afirmaciones de un puñado de caracteres que reciben cientos de retweets. ¡Qué bien que todos están de acuerdo con mis diarreas mentales! Me resulta difícil imaginar de qué forma se puede caer más bajo. Es penoso y vergonzoso. Y esta inmundicia es lo que mueve Internet hoy en día.

Bonus: el Wassap

Internet no es solo web. Tenemos el mundo P2P, juegos online, chats… Sobre este último, creo que ha habido un cambio que ha hecho que el concepto cambie completamente. Ahora estamos permanentemente conectados. Esto es claramente una ventaja. El problema viene cuando medimos la dedicación que tenemos al chat. Ahora la mensajería instantánea es algo a lo que se dedican ratos suelos, de forma fugaz: sacas el móvil del bolsillo, echas un vistazo rápido, das un par de respuestas cortas y a otra cosa.

Antaño, chatear era todo un ritual. Primero había que sentarse en un escritorio delante de un ordenador. Había que encenderlo y esperar a que arranara. Luego había que conectarse a Internet vía telefónica con un módem de 56kas. Y a partir de ese momento tenías un rato dedicado exclusivamente a chatear. Era tiempo de calidad. Todo el proceso se hacía sólo con ese fin. Se dedicaba una porción de tu tiempo en exclusiva a encender el PC para usar el MSN Messenger. Tanto era así, que conocía a gente que había comprado todo un PC sólo para el Messenger.

No sé cómo os ha sentado a vosotros este cambio, pero a mi antes el Messenger y el IRC me relajaban y ahora el Wassap me estresa. Supongo que esta es una visión especialmente subjetiva consecuencia de la edad.

¿Por qué ha pasado esto?

No lo sé. Lo único que sé es que Internet se ha popularizado. Y también sé que desde el punto de vista económico, se mueve principalmente por la publicidad y la recolección de datos. Que una página que ofrece exclusivamente publicidad de Amazon sea la primera en el resultado de búsqueda de Google no debe ser casual (y que el dueño de la web use tácticas de posicionamiento, no es una excusa para que Google permita esto). Que la gente se vea tentada a hacer publicidad de productos a cambio de tener un blog que recibe visitas y esas visitas a su vez arrojan un beneficio económico, me parece algo natural. Que haya gente a la que le guste exponer una versión desvirtuada de sus vidas privadas supongo que forma parte de la condición humana. Que haya quienes quieran ver sus opiniones reafirmadas es algo que nos gusta a todos. Y la manipulación de la información con cualquier fin es algo que ha estado ocurriendo desde que la humanidad dio su primer paso sobre este planeta.

Resulta que todo lo que está pasando es algo completamente normal. Quizás en realidad aquel Internet que echo de menos no ha desaparecido. Probablemente todas aquellas webs de nicho siguen existiendo ofreciendo ese contenido honesto del que hablaba al principio. Es posible que lo que haya pasado es que la morralla sea lo más visible de Internet y todo esas pequeñas webs han quedado ensombrecidas por la bazofia.

Ahora voy a darle a esta entrada un título llamativo y me voy a ir a Facebook y Twitter a publicar un enlace para que lo lea mucha gente y así alimentar mi maltrecho ego.

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