Los dos únicos competidores en el mercado x86 se han unido para ofrecer un procesador de Intel con una GPU de AMD integrada.
Otrora grandes enemigos y con una lucha en ciernes por el mercado doméstico de gama media y alta, parece que ambas compañías han encontrado un punto de acuerdo común donde se unan lo mejor de cada una: los procesadores de Intel y las tarjetas gráficas de AMD.
Aunque Ryzen ha sido un salto cualitativo importante, aún estando cerca todavía no alcanza a Intel en el tope de gama. En cambio, los procesadores gráficos de Intel nunca han sido gran cosa y la verdad es que la compañía de Santa Clara no se ha esforzado demasiado en nada relacionado con esto.
Así pues, parece un movimiento mucho más arriesgado por parte de AMD que ha apostado fuerte por Zen para rivalizar con Intel y en cambio Intel no tiene nada realmente interesante en cuanto a gráficos que pueda arrebatarle ningún competidor.
La base de todo esto será la octava generación de Intel con una nueva serie de procesadores llamada H. Desde el punto de vista técnico parece un concepto interesante. Consta de tres dados: la CPU, la GPU y la memoria HMB2. Todo esto va en una superficie llamada EMIB (Embedded Multi-die Interconnect Bridge) que interconecta los tres elementos.
A todo esto se le ha llamado System-in-Package, algo bastante similar a un System-on-Chip con la diferencia de que no incluye la memoria RAM y no va todo encapsulado en el mismo dado.
Puedes saber más en la nota de prensa de Intel.