Ese es el título de un informe de fallos (bug) para el entorno de escritorio Unity. Ha sido reproducido y están trabajando en la solución.
Hay fallos en programas que resultan fáciles de reproducir porque surgen de una acción común o cotidiana. Pero hay otros que posiblemente lleven ahí años y nadie los haya detectado porque las condiciones que se tienen que dar son prácticamente imposibles.
Ese es el caso de un fallo detectado en lighdm, el gestor de sesiones que usa Canonical en Ubuntu. La descripción del fallo dice lo siguiente:
[Ubuntu] 14.04. Pantalla bloqueada y me voy a comer. Cuando vuelvo de comer, el gato estaba sentado en el teclado y la pantalla de inicio de sesión estaba congelada y no respondía.
Para reproducir: en Unity presiona ctrl-alt-l, pon el teclado en la silla. Siéntate en el teclado.
Unos días después varios usuarios confirmaron el fallo y se dio por válido, por lo que se ha procedido a encontrar las causas para resolverlo.
Se trata de un caso bastante peculiar porque el bug puede haber estado ahí durante años sin que nadie lo haya notado. Y si no hubiera sido por el gato de ese usuario, probablemente habría seguido estando ahí otra buena cantidad de años.
Si quieres conocer otros casos de fallos curiosos, puedes leer la entrada que dedicamos a un fallo singular en el que la marea hacía que unos servidores dejaran de funcionar y esta otra en la que el correo electrónico de una universidad no se podía enviar a más de 500 millas de distancia.
El fallo del gato se puede consultar en la página de bugs de Canonical.
Aquí se ha llevado al extremo lo que dice Raymond en La catedral y el bazar. Ya no sólo son los usuarios los que encuentra e informan de bugs sino que incluso sus gatos acaban participando de una forma u otra en el desarrollo de software.