Anoche tuvo lugar la presentación de Zen, la prometedora nueva arquitectura de AMD que podría estar al mismo nivel que la máxima gama para el escritorio de Intel.
Se ha especulado mucho sobre Zen pero no fue hasta ayer que se empezaron a ver las primeras pruebas. En contra de los pronósticos se podría decir que la palabra «previsible decepción» no decribiría lo que se mostró.
Desde el punto de vista de la nomenclatura, se dejaron claros los tres nombres clave: Zen para la arquitectura, Summit Ridge para el nombre del núcleo de escritorio y todo ello (junto al resto de núcleos que son Raven Ridge para las APUs de escritorio, Zeppelin para las APUs de servidor y Naples para los procesadores de servidor) se ha englobado por la marca comercial Ryzen. Sobre la plataforma hay pocas novedades que no se supieran o no se esperaran: socket AM4, PCIe de tercera generación, USB 3.1, soporte para NVMe, etc, etc, etc.
Sobre los procesadores en sí, dentro de la marca habrá unos cuantos modelos aunque no se han dado detalles sobre los mismos. Tan solo se sabe que los micros de 8 núcleos tendrán 4MB de caché L2 y 16 de L3 y que la frecuencia base de la gama alta será de al menos 3.4GHz.
Otra de las novedades anunciadas es SenseMI, una nueva tecnología para al gestión de energía y recursos de la CPU. SenseMI está dividido en 5 etapas:
· Pure Power: Consiste en monitorizar todo el procesador a través de numerosos sensores de temperatura, frecuencia y tensión de forma que se puedan obtener datos del consumo en tiempo real. Esta red de sensores se ha denomimado ‘Infinity Fabric’.
· Precision Boost: La frecuencia ‘boost’ no es algo nuevo pero sí lo es la nueva forma de gestionar esa frecuencia por parte de Ryzen. ‘Precision Boost’ modifica la frecuencia en pasos de 25 MHz teniendo en cuenta, no solo la necesidades de rendimiento, sino también la información que le llega de Pure Power.
· Extended Frequency Range básicamente consiste en que el procesador se hace overclock a sí mismo en función de las condiciones «ambientales». Si estas lo permiten, su frecuencia seguirá aumentando por encima de la máxima especificada en el modo turbo hasta que se alcance el límite especificado. No quedan claras las variables que se tendrán en cuenta, pero cabría pensar que las restricciones estarán impuestas por la temperatura y el consumo.
· Neural Net Prediction no debe confundirse con el set de instrucciones de Intel dedicado a redes neuronales, sino más bien un sistema de control basado en una red neuronal que toma decisiones sobre cómo gestionar la ejecución de instrucciones. No hay muchos detalles pero parece una forma de optimizar los recursos del procesador prediciendo el flujo de instrucciones que se van a ejecutar.
· Smart Prefetch: El prefetching es algo que se lleva usando bastante tiempo y que consiste en pedir a la memoria instrucciones antes de que se pida la ejecución de las mismas. Con ‘Smart Prefetch’ se pretende acabar con inconvenientes como pedir instrucciones que nunca se llegarán a ejecutar. Al igual que antes, tampoco se han dado detalles técnicos sobre esto.
Para terminar, Rules ha hecho un pequeño resumen de las pruebas comparativas que se han llevado a cabo. Según parece, con respecto a un 6900K, los Zen quedan igualados en el peor de los casos y con respecto a un 6700K ofrecen mejores prestaciones. Una vez más habrá que esperar qué tal rinden en condiciones reales y en otro tipo de software.
Que AMD iguale/supere a Intel en este segmento, suponen la resurrección del mercado de los procesadores x86, un mercado que ha estado muerto demasiado tiempo haciendo que Intel se duerma en los laureles. Aunque como pasó con Vega el lunes, los resultados se ven empañados por la falta de información sobre el precio. Sea como fuere, la historia de K7 vs Netburst se podría estar repitiendo.
Vía AnandTech.