Eso según el jefe ejecutivo de Nvidia, claro. Porque para Intel, la ley de su cofundador sigue vivita y coleando.
El fabricante de GPUs quiere devorar el mercado de los procesadores y para ello, Jensen Huang que es el director ejecutivo de la compañía ha dicho que la Ley de Moore ya no está vigente, que las CPUs son cosa del pasado y que el procesamiento pasa por las GPUs.
Últimamente se ha escrito mucho sobre esta ley que básicamente dice que cada dos años se duplica el número de transistores de un circuito integrado. Sin este progreso, sería complicado incrementar el rendimiento de los procesadores y más cuando llevamos prácticamente una década estancados en frecuencias. El encogimiento de los transistores continúa a día de hoy aunque queda claro el estancamiento de prestaciones generación tras generación.
Pero en el mundo de las GPUs el tema es diferente porque, aunque en ambos campos una limitación en la densidad de transistores es una mala noticia, lo cierto es que la progresión del rendimiento de las tarjetas gráficas vive una época dorada desde hace años.
Y con este argumento en mano, Huang ha dicho que las CPUs son cada vez más irrelevantes y que con el tiempo, el grueso de la potencia computacional se concentrará en las GPUs. Esto que para el escritorio no suena muy realista, sí lo es para el mundo del servidor y los centros de datos donde la paralelización es el pan nuestro de cada día.
Por su parte, Brian Krzanich, el homólogo de Huang en Intel asegura todo lo contrario explicando que ya ha visto 4 supuestas muertes de la Ley de Moore, todas ellas recientemente con cada nuevo paso en el aumento del nivel de integración desde los 14nm.
Los límites físicos están ahí y sabemos que estamos cerca. Además la incapacidad por parte de AMD de hacer frente a Intel de los últimos años, ha hecho que este último se relaje y no saque novedades relevantes aunque eso parece que están cambiando. Es posible que el empujón que necesitan los fabricantes de procesadores para sacar nuevas generaciones realmente innovadoras sea sentir la amenaza de un tercer competidor.
Vía PCGamer.