Una de las cosas que caracteriza a la rama estable de Debian es la inclusión de software bastante antiguo en comparación con otras distribuciones. Eso cambiará en Debian 8.
Usar versiones con varios meses (e incluso más de un año) de antigüedad tiene ventajas e inconvenientes. Por una parte se consigue software muy probado y estable pero por otra no incluye todas las características disponibles.
El Kernel es el componente más importante del sistema y de él depende el buen funcionamiento de hardware. Usar una versión antigua implica obtener un peor rendimiento o que directamente haya dispositivos que no funcionen en un ordenador moderno.
Según podemos leer en la lista de correo del Kernel de Debian, los desarrolladores están discutiendo qué versión llevará Debian 8, cuya fecha de salida todavía no se conoce. Pero no están hablando de versiones veteranas sino de versiones a las que todavía les quedan varios meses para salir como Linux 3.16 o 3.17.
Para los que no estén informados, la última versión estable del kernel es la 3.14, mientras que la 3.15 va camino de la estabilización y previsiblemente saldrá en junio.
La última versión estable de Debian (quitando revisiones) es de mayo del año pasado y el ciclo de versiones suele ser de aproximadamente dos años, por lo que de seguir esta tendencia con la salida de Debian 8 Jessie, el Kernel 3.16 y 3.17 llevarán muy poco entre nosotros cuando lo habitual ha sido usar una versión con algo más de un año de antigüedad.