Intel ha tirado la toalla con la producción de un chip que debía competir con la arquitectura Power de IBM o SPARC de la antigua Sun (ahora Oracle).
El mayor fabricante de procesadores para PCs y estaciones de trabajo ha perdido la guerra de los servidores de gama alta después de 16 años batallando en un campo bastante hostil.
A principios de siglo, la idea de Intel era que la arquitectura Itanium (también conocida por IA-64), un día sustituiría a la x86. Fueron sus primeros micros de 64 bits en una época en la que todavía no había nada con un bus tan ancho destinado al ámbito doméstico. Pero en 2003, AMD sacó sus micros x86 con la extensión AMD64 y desbarató los planes de su gran rival. Después del intento de colocar los Itanium en el mercado doméstico (intento frustrado por los Opteron de AMD), Intel decidió crear sus propia extensión de 64 bits para x86 llamada EM64T, lo que en la práctica fue un clon de AMD64.
Desde entonces, su principal aliado ha sido HP que ha estado vendiendo servidores de gama alta con Itanium incluyendo su versión de Unix: HP-UX. La decisión por parte de HP de usar los chips de Intel supuso el enfrentamiento del fabricante de servidores con la que por entonces todavía era Sun.
El desarrollo de la arquitectura comenzó en el año 89 y el primer Itanium apareció en el mercado en 2001. En ese momento era un micro superior a cualquier x86 disponible, no solo por tener un bus de direcciones de 64 bits sino por incluir tecnologías como compatibilidad con memora registrada ECC. Desafortunadamente, esa superioridad tecnológica se logró a cambio de un consumo muy elevado de potencia, lo que lo convertía en un producto no muy atractivo por el elevado ruido y el volumen necesario de los disipadores, más aún en sistemas multiprocesador.
A pesar de contar con un soporte decente en Linux (por ejemplo Debian lleva compilando la distro para IA64 desde Debian 3.0), en 2010, Microsoft dio la última estocada a la criatura de Intel cuando decidió dejar de compilar Windows Server para Itanium. A partir de ese momento, la arquitectura ha ido muriendo lenta pero imparablemente, continuando la producción principalmente para mantener el soporte a HP.
Hoy Intel ha comenzado la distribución del Itanium 9700 también conocido por su nombre en clave «Kittson», el último procesador IA-64 que sacará la compañía y que da sepultura a un producto que ha vivido momentos difíciles desde su nacimiento hasta que ha llegado su final tras una larga agonía.
Vía PCWorld.