Hace unos días apareció una nueva versión de Ubuntu que, probablemente, marcará un antes y un después en la distribución de software para Linux. Pero ¿que implicaciones tiene la introducción de Snap?
En unos días se cumplirá un año desde que Canonical anunciara un novedoso formato de paquete: Snappy. Finalmente el nombre se ha acortado aunque las prestaciones de Snap se han mantenido como lo prometido entonces.
Con el lanzamiento de Ubuntu 16.04, se alcanzó el hito y los paquetes Snap entraron en producción. En Datamation han hecho un sencillo e interesante análisis de las ventajas y desventajas del nuevo paquete.
Como ya se anunció, Snap permite usar software muy actual. De hecho ahora es posible usar cualquier versión de cualquier programa sin necesidad de preocuparse de las dependencias. Esto supone una gran ventaja porque hasta ahora (y como sigue ocurriendo en la mayoría de distribuciones), si no cumples con las versiones de las bibliotecas, no puedes usar programas actuales. Las únicas distribuciones que se podían permitir usar la última versión sacada del horno eran las rolling releases como Arch y sus derivadas.
En el artículo comentan que hace unos años nació una plataforma de distribución de software para Linux llamada Klik, algo parecido a Steam aunque con el paso del tiempo se ha ido enfocando a ofrecer programas portables, es decir, que incluyen todas las dependencias y se pueden ejecutar en cualquier sistema.
Se trata de un concepto muy similar a Snap aunque con ligeras diferencias. Una de esas diferencias es la seguridad ya que las aplicaciones portables se acaban ejecutando como cualquier otro programa instalado. Pero con Snap la ejecución del programa se aísla del sistema.
Evidentemente, la filosofía en Linux de compartir todos los recursos de software (dependencias) no es un capricho gratuito. Esta forma de hacer las cosas supone una mejora en la eficiencia en el uso de espacio en el disco ya que varios programas que usen las mismas dependencias, pueden acceder a la misma copia.
En el momento en el que se incluyen las dependencias de cada programa y estas se instalan individualmente, nos encontraremos con un consumo mayor de almacenamiento. Este problema se amplia a actualizaciones que ahora serán más abultadas al tener que incluir todas las dependencias, sean o no necesarias en la actualización.
Por último en el artículo mencionan un problema de seguridad que no es culpa de Snap sino de un componente incluido en todas las distribuciones de escritorio: ese dinosaurio llamado Xorg. Aunque a día de hoy se está produciendo una lenta transición a Wayland, es de esperar que el protocolo X11 siga entre nosotros unos años más. Tal y como dijo Matthew Garrett (exdesarrollador del kernel), «cualquier paquete Snap que instales es perfectamente capaz de copiar todos tus datos privados a donde quiera sin demasiada dificultad«.
Esto es debido al vetusto servidor gráfico ya que «X no tiene un concepto real de diferentes niveles de confiabilidad entre aplicaciones. Cualquier aplicación puede registrar las pulsaciones de teclado de otras aplicaciones. Cualquier aplicación puede inyectar eventos falsificados en el flujo de entrada. Una aplicación que está confinada bajo estrictas políticas de seguridad puede sencillamente teclear en otra ventana«.
El artículo completo se puede leer en la web de Datamation. Los peligros que supone X11 para la ejecución de programas empaquetados en Snap según Garrett se pueden leer en este artículo de Zdnet.
Dices que uno de sus problemas es el mayor conumo de almacenamiento. Yo no lo veo así, dado que hoy en dia puedes pillar HD’s bastante ecnonomicos con capacidades brutales de espacio. Y si te quedas sin espacio en disco, tal vez el problema lo tengas tú, no el sistema de paquetes Snappy
En realidad no tengo ningún problema con Snap porque de momento Ubuntu no es mi distro principal.
El hecho de que haya en el mercado discos duros de 8 o 10Tb puede hacer pensar que la diferencia entre una instalación con sus programas que ocupa 10 o 12Gb con otra que ocupa 50 o 60Gb supone un incremento ridículo
Pero hay una gran cantidad de usuarios para los que sí puede suponer un problema. Los Chromebooks por ejemplo, suelen venir con 16 o 32 Gb de almacenamiento y los usuarios cuya unidad principal esté basada en una SSD típica de 128 o 256Gb, pueden encontrar un inconveniente importante en multiplicar los requisitos de almacenamiento.
No todos tienen un disco de varios Tb, o bien porque no se lo pueden permitir o bien porque han optado por otras tecnologías.
Igual pasa con el aumento de tamaño de las actualizaciones: que haya conexiones FTTH de 300Mbps simétricos no quita peso al problema porque la mayoría de los usuarios no pueden acceder a dichas conexiones (ya sea por cuestiones económicas o de cobertura) sin contar con el hecho de que existe un nicho que se tienen que conformar con radioenlaces de velocidades muy limitadas.
Que para ti el aumento de espacio requerido no sea un problema, no significa que no lo sea para otros usuarios.
Es tal cual lo decís, últimamente todo se piensa en usuarios Premium con sistemas actualizados y de última generación. Se está dejando de lado al usuario que quiere un sistema utilizable sin necesidad de tener que invertir en lo último, teniendo en cuenta que muchas de las computadoras de unos años atrás tienen prestaciones de sobra.
Lamentablemente no veo que eso vaya a cambiar, porque el marketing se encarga de que todos, usuarios pudientes y otros que no, quieran tener esa novedad de la que todos hablan y esperan.
Por cierto, ¿qué sistema usas actualmente?
¡Saludos!
Desde hace varios años, mi distro de uso diario en el escritorio es Mageia.
Para mi servidor uso Debian Stable, en el NAS tengo Raspbian y en el centro multimedia utilizo OpenELEC.